Un ejemplo de análisis de historia

Como sabéis, en mis clases os pido que me desgloséis vuestra historia por secuencias. He aquí algunos consejos:

Primeros momentos.
De algún modo busco que el público vaya conociendo los detalles de vuestro mundo de una forma natural, como sin darse cuenta. 
En ocasiones me enfrento a unas primeras páginas cuyo contenido son un detallado glosario de razas, personajes, habilidades y leyes del mundo que a continuación voy a leer: un cúmulo de datos y fechas que me resulta imposible recordar después.
La parte expositiva, como decía Ernest Lehman*, es la más difícil. Hay que exponer la información, sin que parezca que lo estás haciendo.

Cuenta sólo lo que se ve. 
Si el héroe ha sufrido algún tipo de experiencia pasada que le ha marcado o me lo enseñas en flashback o haces que algún personaje lo cuente, pero no me servirá que lo expongas sin más.

Secuencia, no escena.
Una secuencia la podríamos considerar como una unidad temporal-espacial narrativa en la que se expone un sólo conflicto que resolver, algo así como una fase de la misión. Por ejemplo, si el héroe ha de rescatar a la chica de un laboratorio bien custodiado, con toda probabilidad mostraremos los distintos escenarios por los que irá pasando: la fachada, la azotea, el conducto de ventilación, el almacén, el pasillo, el laboratorio... y es posible que también mostremos la parte enemiga: el enemigo en un balcón, el centro de control con sus pantallas y alarmas, los guardas circulando por los pasillos... Esos distintos escenarios los consideraremos escenas, pero no secuencias. La secuencia sería todo el momento completo. La unidad es temporal, pero no situacional.
También puede ocurrir que la unidad no sea ni temporal ni situacional, como las distintas citas de una pareja a lo largo de varias semanas en varios lugares distintos, hasta que queramos detener el tiempo para contar, por ejemplo, que ella está embarazada. Aún así lo podríamos considerar una secuencia, ya que se está contando sólo una cosa: que ellos están saliendo.

Que el héroe tire de la historia y no al revés.
Que las cosas ocurran por que es el héroe quien las provoca. Quizá el detonante venga de fuera, pero a partir de ahí es él el que debe luchar para hacer avanzar la historia. ¿Un ejemplo de lo que no hay que hacer? Mírate The Quest (En Busca de la ciudad Perdida). Busca un héroe con el que nos queramos identificar. Que sufra, pero que no se queje.

Los Actos.
Intento, además, que los puntos de giro vayan a coincidir con el final o principio de una página. De esta manera, cada página tendría la duración de media hora en la pantalla y quedaría, para una película de dos horas así: Primer Acto - 1ª parte Segundo Acto - 2ª parte Segundo Acto - Acto 3º.
Si os sale más larga, no pasa nada. Sólo es una sugerencia que me parece que funciona bien.

El Clímax.
Otro error que suele ocurrir es el final. El clímax está mal definido o sin definir en absoluto. Creo que algo en nuestro interior necesita esa parte, es como si hubiésemos estado estirando el arco todo el tiempo y nos quedásemos sin lanzar la flecha. Esa parte remata la historia y la deja en un punto en el que se soluciona (o no lo hace), de una forma definitiva y nos abre las puertas a un nuevo mundo  que estará más allá cuando acabe nuestro relato.
Para ello considero que un clímax debe incluir estos elementos:

  • Una elección del protagonista.  Hazlo de manera que la solución dependa de una elección: usar los poderes que nunca antes se atrevió a usar, confesar su falta y esperar perdón, abandonar su exitosa carrera para salvar su amor...
  • Una evolución del protagonista. Eso hará además que nuestro personaje al fin abra los ojos y vea que hay otras formas de hacer las cosas, y que ahora va en el camino correcto, aunque también puede hacerse en sentido inverso: de bueno a malo.
  • Que todo se pueda resolver con una sola acción. Desde grandes batallas farragosas hasta complicados dramas interiores, si todo se resuelve con una acción, mejor. En El Señor de Los Anillos hay una batalla final, pero no se decidirá quién gana hasta que sea cumplida la sola acción de destruir el anillo.
  • Cuidado con los Deus Ex Machina, los finales que nadie se cree porque son casualidades buenas. Plantea esa solución escenas atrás escondiéndola ¿dónde? habitualmente en la trama secundaria.
  • Añádele más conflicto. Intenta elevar las apuestas: que de pronto haya más en juego, que falte tiempo, que sea más difícil.

(*) Ernest Lehman es, entre otros celebrados títulos, el guionista de Sonrisas y Lágrimas, Con la Muerte en los Talones, West Side Story además de participar en otros títulos como Sabrina, El Premio, El Rey y Yo.


Aquí va el enlace a un ejemplo de análisis. Si optáis por hacer vuestra propia historia os servirá para ver cómo está redactado, el nivel de detalle, esas cosas. Si optáis por analizar una historia ajena, vendrá bien incluir el análisis que hay después del resumen de secuencias.

http://www.davidvillarrubia.es/Analisis.docx

Cualquier duda, ya sabéis: narrativaesdip@hotmail.com

Un abrazo.