¡¡¡Socorro!!! Mi historia no funciona. Parte 1: Caballo ganador.

Un alumno de arquitectura se dirige al maestro: Maestro, no logro comprender qué estoy haciendo mal. Mire. Mi casa tiene ventanas, puertas, una bonita fachada llena de adornos e incluso he logrado que salga humo de la chimenea, pero una vez la he levantado, se viene abajo. 
El maetro le responde: Querido ignorante. Eso es porque te has fijado en lo superficial y no has basado tu obra en una sólida base que la sustente.
De igual manera nuestras historias pueden estar llenas de escenas que por sí solas funcionan bien, pero en su conjunto, todo se ve deslabazado, se viene abjo. En ocasiones he visto que mis alumnos tienden a centrase en escenas llenas de acción, situaciones ingeniosas o divertidos diálogos, pero muy a menudo se les olvida apuntalar de manera sólida aquello sobre lo que debería levantarse. 
Aquí algunos consejos para evitarlo:
1- El Tema. Todas las historias debajo de su apariencia argumental esconden una discusión acerca de algún aspecto universal: Taxi Driver hablaba de la soledad. ET habla de la superación de la separación de tus padres. Regreso al Futuro tiene la premisa de que tus padres eran igual de juerguistas que tú a tu edad. El Padrino ofrece una visión de qué se hace mal y qué se hace bien a la hora de formar una familia. 
Tenemos qe tener claro acerca de qué se está hablando en nuestra película. A veces cuesta encontrarlo y no asoma hasta el borrador 10. Nos obsesionamos creyendo que estamos hablando de la pérdida de la infancia, cuando en realidad queremos hablar acerca de el miedo a los cambios. La diferencia es sutil, pero importante. Primero porque nos ayuda a dirigir mejor los deseos de los personajes y sus metas a lo largo de las escenas. Segundo porque nos llena la trama con algo que sujeta todas las escenas. Estamos empezando a amasar un buen cemento.
2- La Pregunta Implícita. Para comprender el tema, lo mejor es que el espectador se haga una pregunta acerca del conflicto planteado. La película sencillamente expondrá esa pregunta con un ejemplo que lo ilustre. En Blade Runner la pregunta acerca del tema es ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, o lo que es lo mismo ¿pueden tener alma las cosas que creamos? Para ello se nos ofrecen diferentes aspectos de la personalidad del androide-replicante, que nos haga pensar en una u otra dirección: son asesinos implacables, pero quieren vivir más tiempo, pero están dispuestos a torturas y matar para conseguirlo, ¿ pero acaso no harías tú lo mismo? Pero no son de fiar, pero fabrican sus propios recuerdos, pero...pero...pero... Y así vamos recibiendo una visón desde varios ángulos que nos ayudan a resolver la pregunta, o incluso a plantearnos preguntas nuevas.

3- La lista. A la hora de usar esto procura tener claro acerca de qué estás hablando y después haz una lista con todas las preguntas o cuestiones que plantearía una discusión sobre ese tema. Si nos fijamos en la segunda mitad del segundo acto de El Padrino, asistimos a una discusión muy amplia sobre lo que supone formar una familia, o comparando con las tramas secundarias, cómo hacerlo mal ( adulterio, malos tratos, perder la cabeza, violencia) y cómo hacerlo bien ( cómo iniciamos un romance, cómo nos comportamos en la noche de bodas, respeto) añadiendo de paso otras cuestiones  (cómo proteger a nuestros mayores de la verdad, cómo afrontar la pérdida de un hijo, cómo saber cuando hay que dejar de pelear por la familia).
Cada punto de esa lista se convierte así en una valiosa fuente de inspiración para construir secuencias en las que, por debajo de la trama, se esté hablando sobre diferentes aspectos del Tema. 

Además de tener interesantes secuencias, tenemos que hacer que viajen sobre algo para que avanzen con energía. Montarlas sobre un hilo conductor, un tema que lo sustente, una pregunta que subyace constantemente. Subirlas a un caballo ganador.